domingo, 16 de octubre de 2016

Lectura de turno 9no A. "Travesías, catorce inmigrantes en México"

















Norma Salazar

Las comunicaciones instantáneas y la interdependencia económica han transformado el problema hasta hace poco aislado de la inmigración en una realidad universal, definitiva y omnipresente para el siglo XXI.

Carlos Fuentes

Inmigración en México no es un fenómeno contemporáneo, a lo largo de tres siglos que sucedieron desde la conquista en el siglo XVI hasta la guerra de independencia, en los principios del siglo XIX empezaron los primeros flujos inmigratorios hacia los territorios que hoy conforman México. En ese tiempo inmigrantes españoles llegaron como conquistadores posteriormente como misioneros, encomenderos, colonizadores, aunado a este proceso el desplazamiento y migración internos de la población indígena ubicaron una transformación nueva, una patria que hoy conocemos como la nación mexicana. La inmigración en México no ha tenido un impacto cuantioso entre la población total en comparación con otros países pero sí ha tenido un incremento considerable en la población extranjera desde que México se consolidó como nación independiente.

Motivos disímiles, posición geográfica y de tránsito, social, económica, culturales, etcétera se ha dado la permanencia de estos extranjeros en todo el territorio. No olvidemos que México no ha averiguado históricamente la inmigración masiva, sino que ha focalizado una inmigración más selectiva a la que se suma una vieja tradición de refugio político por persecución religiosa o ideológica por lo que en México residen intelectuales, científicos, empresarios y artistas llegados de otras naciones y que han aportado mucho a nuestro país en diversos campos: educativo, político, científico, artístico, económico y deportivo.

Analicemos en el ámbito de los tópicos literarios los desplazamientos suelen examinarse como metáforas de una búsqueda para la riqueza del relato, esta búsqueda metafísica con su transformación en materia de un itinerario narrativo. Encontramos muchos libros que atañen a ciertos temas de la inmigración, uno de esos títulos que nos ocupa es Travesías, catorce inmigrantes en México (Editorial Norma) de Eva y Norma Muñoz Ledo, un libro de preguntas y respuestas que al transcribirlo —a cuatro manos—, leemos o mejor dicho recorremos el tiempo-motivo entre sus historias; anécdotas, avatares, incertidumbres, alegrías y fe entre otras vertientes del ¿Cómo?, ¿Por qué escogieron este país, como una segunda patria?

Hoy en día es común que futbolistas y algunos deportistas de otras especialidades se nacionalicen, radiquen en los países en donde se les facilitan oportunidades de su disciplina profesional o entrenamiento, esto es muy frecuente en México sobre todo con practicantes que han destacado en el atletismo en su mayoría procedente de Kenia. Ejemplo de ello la entrevista a cargo de Eva Muñoz Ledo a Julius Keter, maratonista, 20 de octubre de 1988, fecha de llegada a México noviembre de 2008. “Julius ha sido durante cinco años el ganador del Medio Maratón del Día del Padre en la Ciudad de México y por seis años el del Medio Maratón de Guadalajara (de veintiún kilómetros). Los maratonistas deben capitalizar, en el amplio sentido de la palabra, los premios que puedan ganar antes de los cuarenta años y Keter tiene ya la mira puesta en la siguiente meta, pues un maratón como el de Dubái, por ejemplo, otorga al primer lugar un premio de doscientos mil dólares, más un bono de cien mil dólares si rompe un récord. Hasta ahora, Julius ha corrido principalmente en América”. México en el siglo XXI, no sólo es seductor por su clima, cultura y el bajo costo de vida para los jubilados de países desarrollados o para aquellos inmigrantes que deciden emprender grandes negocios a causa de una cuantiosa población de consumidores nacionales, una muestra es el empresario Miquel Farré, carpintero español, 18 de diciembre de 1932, fecha de llegada a México marzo de 1949. Pregunta Norma Muñoz Ledo: “—¿Usted quí le dio a México?”. Miquel, con sonrisa franca contesta: “—Mi trabajo, carpinteros que aprendieron conmigo y ahora tienen su taller y les ha ido bien, porque lo que salió no fue sólo mío, fue de todos… hubo una escuela, muy chica, pero con buenos operarios, gente que trabajaba muy bien la madera. Mi papá hizo varias máquinas que luego se copiaron. Hicimos el estilo de muebles que se llamó Farré y, cuando se abrieron las tiendas, otras mueblerías lo imitaron. Además está todo el trabajo que queda para ser apreciado por muchos: el restaurante de la torre Latinoamericana; todo el trabajo de carpintería —incluyendo el hermoso encasetonado— del edificio La Esmeralda, en Isabel la Católica; las bancas de la iglesia de Tlatelolco y las de la Catedral de Zacatecas…, además de hacer muebles para muchas casas de políticos cuyos nombres todavía suenan y resuenan: Pero ésos, por favor, no los pongas en tu libro…”.

Por otro lado, existe otra realidad que no se puede encubrir, se han dado otros fenómenos sociales que obligan a los extranjeros a internarse en México de manera ilegal, el avance de centroamericanos, sudamericanos, asiáticos y caribeños con la intención de llegar a Estados Unidos. También es la causa de otras preocupaciones de orden; el trato de blancas con jóvenes del Caribe, Sudamérica, la explotación laboral de población extranjera flotante en campos de cultivo y zonas turísticas. Debido al alto grado de corrupción e impunidad las instituciones como la ONU, Derechos Humanos, CEPAL, entre otras, están pendientes en lo que acontece en el territorio mexicano en materia de migración y violación al libre tránsito como un derecho. Termino con esta breve historia: Ana Enamorado, luchadora social hondureña, 27 de julio de 1971, fecha de llegada a México 11 de octubre de 2012. Por Norma Muñoz Ledo. Cita Ana: “México es un cementerio de migrantes”. “Nadie emigra porque quiere”, inicia Ana. “No es lo mismo estar en tu país, que ya conoces; no es nada fácil estar de migrante. Es muy fuerte. El motivo de estar aquí es que estoy buscando a mi hijo, que está desaparecido”.


Catorce historias que conforman este libro de Eva y Norma Muñoz Ledo nos exponen su posición que ofrecen de existencia como inmigrantes, Ellos (as) protagonistas que sienten la necesidad de compartir la nostalgia por la tierra natal y para subrayar a menudo, mencionan la cantidad de años que llevan en el extranjero. Su nostalgia los lleva a una idealización del país de origen, ellas y ellos creen una reintegración fácil tras el retorno, como escribiera Sami Naïr “Emigrar es desaparecer para después renacer. Inmigrar es renacer para no desaparecer nunca más”.

Fuente: http://www.siempre.com.mx/2015/11/travesias-catorce-inmigrantes-en-mexico/

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